
LA PLAYA

Suspiros del mar que llegan a mis oídos encendiendo los recuerdos y echándolos a correr.
El sol en el horizonte de un atardecer de verano entre dorados, lilas y amarillos, cortando las nubes con sus rayos, sin herirlas, acariciándolas con su calor vespertino.
La arena suave, fina, acariciando mis pies, y en la orilla la espuma blanca que suavemente es recibida por la tierra.
La maravillosa sensación de estar sola en el paisaje que más amo, en ese sitio único y maravillosamente intacto, lejos de toda presencia humana.
La caminata interminable hacia el oeste para, tal vez, en sueños, llegar al horizonte y abrazar el sol que se despide de estas latitudes.
La brisa tibia que pasa por el pinar y llega a mí llenándome los pulmones con la fragancia de los pinos mezclada con el aroma de la arena y el perfume del mar...
Mar... , a mar..., Amar en la playa....
© Verónica Curutchet
EL RETRATO DE TU ALMA
El sol en el horizonte de un atardecer de verano entre dorados, lilas y amarillos, cortando las nubes con sus rayos, sin herirlas, acariciándolas con su calor vespertino.
La arena suave, fina, acariciando mis pies, y en la orilla la espuma blanca que suavemente es recibida por la tierra.
La maravillosa sensación de estar sola en el paisaje que más amo, en ese sitio único y maravillosamente intacto, lejos de toda presencia humana.
La caminata interminable hacia el oeste para, tal vez, en sueños, llegar al horizonte y abrazar el sol que se despide de estas latitudes.
La brisa tibia que pasa por el pinar y llega a mí llenándome los pulmones con la fragancia de los pinos mezclada con el aroma de la arena y el perfume del mar...
Mar... , a mar..., Amar en la playa....
© Verónica Curutchet
EL RETRATO DE TU ALMA

He visto tus ojos y te he mirado. He visto tu alma a través de tu mirada, queriéndose camuflar con el botón rojo en la nariz y una sonrisa pintada que no es la tuya. ¿Por qué estás triste si el cielo canta y brilla para ti? ¿Por qué el disfraz que oculta tu corazón sensible?
La mirada profunda traspasa el maquillaje, la tristeza se traslada de tu corazón al mío. No te olvides que sufro al mirarte desamparado en el medio de la pista. No te olvides que te quiero porque pintas y tienes el don de la belleza en tus manos, los colores del mundo en una paleta puestos en un lienzo. ¿Por qué te pintas el alma triste si la sonrisa la tienes aunque esté escondida?
Reza, mira el cielo, desde allí te miran tus ancestros y yo te miro en la tierra desde lejos, a través de un lienzo que se quedó con el retrato de tu alma triste.
© Verónica Curutchet
1 comment:
Verónica bienvenida tu prosa delicada y tersa, tan cercana a la poesía. Gracias por tu generosidad.
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